Cuando alguien atraviesa una crisis emocional, nuestro apoyo puede marcar la diferencia. Muchas veces, un gesto de empatía y comprensión es el primer paso para evitar que la persona se aísle o tome decisiones impulsivas.
Lo más importante es escuchar sin juzgar. Permitir que la persona exprese sus emociones sin miedo a ser criticada crea un ambiente de confianza. En lugar de minimizar su dolor con frases como “todo estará bien”, es mejor preguntar cómo se siente y qué necesita.
También es fundamental animarla a buscar ayuda profesional. Existen líneas de apoyo gratuitas y terapeutas especializados en crisis emocionales. Acompañarla en este proceso y asegurarse de que no esté sola en momentos críticos es vital.
Si sientes que alguien está en peligro, no dudes en buscar ayuda de inmediato. La prevención del suicidio es un esfuerzo colectivo, y cada acción de apoyo cuenta.
Juntos podemos construir una red de apoyo y esperanza.